En tiempos lejanos, durante la época de Moisés, había doce piedras preciosas en el Peto de Aarón, el sumo sacerdote judío.
Cada piedra representaba una de las doce tribus de Israel.
Por otra parte, en la India de antaño, las gemas tenían correlación con los planetas y los signos astrológicos hindúes.
De estos orígenes viene la idea de “piedras natalicias”.
De estos orígenes viene la idea de “piedras natalicias”.
Escritos místicos que se remontan al siglo primero d.C. señalaban que había que llevar una piedra específica durante cada signo astrológico, para poder vivir en armonía con los espíritus celestiales.
Sin embargo, las piedras preciosas no se llevaron como amuletos natalicios hasta el siglo XVIII
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