Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha sentido una atracción particular por las piedras.
Las gemas se encuentran dispersas por el planeta desde que la tierra acomodaba su rotación alrededor del sol.
La innumerable cantidad de piedras preciosas y semipreciosas y su infinita variedad de colores y formas fue dado por el proceso de cristalización.
La innumerable cantidad de piedras preciosas y semipreciosas y su infinita variedad de colores y formas fue dado por el proceso de cristalización.
Las crónicas más antiguas nos hablan de su extracción desde el legendario Egipto hasta las minas del valle de Oxus en Afganistán.
Rodeados de estas y a través de los milenios el hombre también ha sentido su poder, en la mayoría de los casos, benéfico, y solo en algunos, maléfico; y ha transmitido por tradición este conocimiento hasta nuestros días.
Las tradiciones más antiguas y las investigaciones actuales coinciden en que el hombre es un receptor y transmisor de energía al igual que los cristales.
Las tradiciones más antiguas y las investigaciones actuales coinciden en que el hombre es un receptor y transmisor de energía al igual que los cristales.
Por lo tanto podemos encontrar en sus diversas variedades las cualidades que vibran en sintonía con nuestros cuerpos.
Para ello, nos sumergiremos en la tarea de descubrir cuales son las que se corresponden según las características de cada piedra
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