La práctica de la salida astral comienza meses antes de su realización efectiva. Sólo un organismo y un espíritu bien entrenado por las técnicas preparatorias podrá llegar a su objetivo, protegido y con la certeza de no haber vencido un simple y banal episodio de sugestión. Es esencial el aprender el arte de la relajación, y la respiración controlada, la concentración, la visualización, la memoria, y la proyección de la voluntad. Todas estas prácticas son importantes de desarrollarlas para tener una salida astral real y efectiva.
Relajación:
La relajación implica la eliminación total de toda contracción muscular, toda tensión del cuerpo y del espíritu. Cómo relajarse? Acuestese sobre su espalda, sobre un espacio rígido pero confortable, ponga las palmas de sus manos hacia arriba. No debe haber ni mucho frío, ni mucho calor, al menos para comenzar, tampoco debe estar afligida por dolores o atormentarse por deseos fisiológicos. Partiendo de la punta de sus pies trate de visualizar todos sus nervios y sus músculos; comenzando por el pie izquierdo, contracte sus músculos uno después de otro y ascienda progresivamente por todo el largo de su cuerpo y luego descontráctelo. Su tensión, su negatividad se descargaran. Usted se siente bien, sus pensamientos desfilan por usted, dulcemente, sin tratar de retenerlos. Usted está en calma y sereno y su cuerpo se siente más pesado como si el se hundiera…dejelo ir. Termine el ejercicio moviendose lentamente y estirandose. Luego sentirás una sensación de calma y de buen humor, que le permitirá enfrentar con optimismo la fatiga y las contrariedades.
Respiración:
La respiración está ligada al concepto mismo de la vida. Un hombre en buen estado de salud, registra aproximadamente 24.000 ciclos respiratorios por día. Según las teorías orientales, cuando respiramos no absorbemos solamente el aire y gases, absorbemos también el prana o energía cósmica (etérica), esa que los curanderos canalizan en los cuerpos enfermos, para comunicarles la energía vital y combatir la enfermedad. En el mundo occidental, nosotros respiramos mal, esta negligencia puede ser la causa de una mala oxigenación de la sangre y por consiguiente una baja de funciones cerebrales. La capacidad de concentrarse y estudiar se reduce porque las energías son insuficientes. Como la respiración afecta la psiquis, el estado físico negativo afecta el ritmo respiratorio. En los momentos críticos; cuando estamos bajo stress o miedo, una respiración correcta, lenta, ejecutada por la nariz será el mejor de los medicamentos.
Concentración:
La concentración es el arte de aislarse de las influencias exteriores, enfocando su atención sobre cualquier cosa, persona u objeto para evitar al espíritu vagabundear. Como hay demasiadas ideas en nuestro espíritu debemos estar claros y seleccionar una que esté asociada al objeto escogido, para que la visión sea lo más clara y completa. La concentración no es un sinónimo de esfuerzo violento, de rabia o de tensión, es el resultado de la atención de la perseverancia y del dominio del "Yo". Trate de suspender por algunos segundos su actividad mental; usted descubrirá cómo el pensamiento es indisciplinado e inestable. Busque un lugar tranquilo donde usted pueda estar seguro que nadie lo perturbará. Relájese y controle su respiración. Encienda una luminaria y ubíquela a 3 o 4 cm., frente a usted; a nivel de sus ojos. Siéntese confortablemente, la espalda recta, visualice la llama de la luminaria y trate de poner su mente en blanco. Al principio una multitud de pensamientos tumultuosos trataran de perturbar su espíritu, pero usted los vencerá, dejándolos simplemente desfilar. Progresivamente y a medida que va perdiendo el contacto con la realidad, esos pensamientos se irán desapareciendo. Una sensación de agradable ligereza síquica, junto a un adormecimiento del cuerpo lo irá invadiendo, creando en sí, un estado de inmaterialidad.
Visualización:
La visualización es ver algo o a alguien a través del espíritu. Es una técnica que puede facilitar la concentración; pero dependiendo de una práctica constante. Es necesario clasificar o seleccionar nuestros pensamientos, de inmovilizarlos y de fijar nuestra atención durante algunos 10 segundos sobre una imágen construida por nuestro espíritu. La creatividad y el control mental son ingredientes indispensables de la visualización; que de por sí es una realización efectiva.
Memoria y Voluntad:
Para reforzar la voluntad, debemos alimentarla haciendo y atendiendo objetivos diferentes. Los ejercicios para esto son innumerables. Ponga atención a sus hábitos y elimine los negativos. Programe su día y esfuercese en cumplir con lo prometido. Controle su impulsividad y lo que usted considere que son sus defectos para que pueda mejorar su vida interior. Ponga a trabajar su determinación sobre los pequeños obstáculos de su vida cotidiana. Protéjase y proteja a los que están cerca de usted por un invisible escudo de amor, cuando ande en la calle, de viaje, en los momentos difíciles de la existencia. Construya sus victorias sobre sus deseos, focalice su atención sobre el objeto deseado; en armonía con su interior, visualícelo con toda la intensidad que pueda. Reciba la entereza y diga mi fuerza de voluntad es poderosa.
Todo el mundo sabe que las personas más sabias, las más fuertes interiormente y las más involucradas en el mundo esotérico; son aquellas que más han sufrido. Pero si usted ha tenido la suerte de no haber sufrido, deberá reforzar su espíritu de otra manera. Los ascetas y los Santos sabían que el renunciamiento voluntario a las tentaciones fortifican al individuo. El yoga enseña a adquirir la fuerza interior; a controlar las emociones, actos, pensamientos, las palabras así como las funciones físicas y fisiológicas de órganos normalmente independientes de la voluntad. Todo lo podemos resumir en una sola palabra: moderación.
Aprendamos a ser dueños de nuestros sentimientos y deseos, en un mundo que nos agrede constantemente por sus publicidades y sus ruidos.
Todo el mundo sabe que las personas más sabias, las más fuertes interiormente y las más involucradas en el mundo esotérico; son aquellas que más han sufrido. Pero si usted ha tenido la suerte de no haber sufrido, deberá reforzar su espíritu de otra manera. Los ascetas y los Santos sabían que el renunciamiento voluntario a las tentaciones fortifican al individuo. El yoga enseña a adquirir la fuerza interior; a controlar las emociones, actos, pensamientos, las palabras así como las funciones físicas y fisiológicas de órganos normalmente independientes de la voluntad. Todo lo podemos resumir en una sola palabra: moderación.
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